La luna en el alto Monte
La noche se escapa celosamente
Escurriéndose por las alcantarillas;
Deja a la madrugada ciega
De árboles dormidos
Y de lluvia fina.
Frente a mi ventana
Observo siluetas animadas
Que en calor de su hogar
Hacen sus vidas cotidianas,
Diarias, nocturnas y diarias.
Aquí, en la soledad de mi estancia,
Visualizo la panorámica,
Agudizo el oído y
Escucho su dulce risa
De amalgamas.
Duende de la noche,
Personaje antológico de fragua,
Tu que vas forjando
Los rizos de la luna argentada,
Dime que esta noche,
La luna se esconde
En el alto monte tras las ramas.
Hazle saber, que ando en deseos
De verla, con mirada tocarla,
Anhelos sentir su frío,
Su gélida tez almidonada,
Cuéntale que esta nocturnidad
Me sobrecoge
Y que la necesito,
La necesito como nada.
Tengo el mundo,
Te ofrezco el paraíso,
Si todo fuera más fácil,
Seguro, que nos daría lo mismo.
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