Una noche más, las 21:00 y en la cama
La mañana comienza pletórica y exultante; desdibuja una sonrisa con su sola presencia; pero se va acabando el mundo, a medida que las horas continúan su transcurso.
Siento pena, dolor y acongojada el alma; tras el funesto intento de levantar la cabeza y tenerla alta, el peso del melón doblega el cuello haciendo encorvar la espalda; nunca el paso de las horas fue tratado como una crónica de una muerte anunciada, nunca esta tristeza fue comparable a 100 años de soledad inhumana.
Quizás hoy sea más triste que ayer y deba desahogarme como una alcantarilla desbordada por las lluvias torrenciales; qué opináis al respecto tras la eterna sonrisa que despliego y el interior de negro carbón que siempre llevo.
Mi interior hierve como la brea de los pozos antaño, como el aceite del fuego griego sobre el agua del Egeo; ni el agua calma mi sed, ni el viento extingue este fuego; y yo sólo quiero que pase la tempestad que arruina mi ego.
Habrá paz para el guerrero? Por qué esta montaña sólo es ladera y cuesta arriba? Será que debo rendirme (aunque sepa que no)?
Son tantas preguntas, tantas incógnitas que mi vida despierta que sólo quiero meterme en la cama y que salga el sol por dónde salga... y yo poder al menos durante las horas de luz olvidar esta locura. Ojalá me llevarán mis demonios a otra suerte menos dura.
http://www.youtube.com/watch?v=OttJlvVPbAQ
Siento pena, dolor y acongojada el alma; tras el funesto intento de levantar la cabeza y tenerla alta, el peso del melón doblega el cuello haciendo encorvar la espalda; nunca el paso de las horas fue tratado como una crónica de una muerte anunciada, nunca esta tristeza fue comparable a 100 años de soledad inhumana.
Quizás hoy sea más triste que ayer y deba desahogarme como una alcantarilla desbordada por las lluvias torrenciales; qué opináis al respecto tras la eterna sonrisa que despliego y el interior de negro carbón que siempre llevo.
Mi interior hierve como la brea de los pozos antaño, como el aceite del fuego griego sobre el agua del Egeo; ni el agua calma mi sed, ni el viento extingue este fuego; y yo sólo quiero que pase la tempestad que arruina mi ego.
Habrá paz para el guerrero? Por qué esta montaña sólo es ladera y cuesta arriba? Será que debo rendirme (aunque sepa que no)?
Son tantas preguntas, tantas incógnitas que mi vida despierta que sólo quiero meterme en la cama y que salga el sol por dónde salga... y yo poder al menos durante las horas de luz olvidar esta locura. Ojalá me llevarán mis demonios a otra suerte menos dura.
Comentarios