Volver a correr

Hace unas horas estaba aquí quejándome y lloriqueando como una nenaza ante la sarta de cosas negativas que me estaban pasando ultimamente; quizás no sea el más indicado para quejarme pero tampoco el que menos; no quisiera autocompadecerme más y esta noche, esa agonía no dejaba que conciliara el sueño.

Tenía dos opciones, quedarme en la cama hasta que llegara el sueño o hacer lo que estaba pensando... la primera tenía un 70% de cumplirse y entonces, dije no, me levanté, me puse el pulsómetro, la ropa, las zapatillas y me fuí.

Mis compañeros de piso me miraban absortos, que loco éste que se va ahora a correr, ay que ver como se ralla el nota... si, pero yo si quería lo hacía, y eso hice, largarme a la madrugada a correr por uno de los barrios más chungos sino el que más de granada, a 10 grados.

Me he dejado mucho, me he abandonado a una suerte que no es la mía; hoy decidí que el deporte me debe una y ha resucitado a un muerto. La mente más despejada, más activado, energía renovada, reactores on fire; hoy el deporte y el running me debían una.

El jueves me deberán otra en la siguiente sesión, 25 minutos repitiendo marca; espero volver a correr mi hora, mis entrenos de media maratón, que mi corazón vuelva a sentir, a latir, a doler incluso ante el estímulo; prefiero morir joven a morir viejo y lleno de remordimientos.

Si quiero lo hago, el intento es el primer paso hacia el fracaso, la acción es el éxito y no tengo miedo a ninguno de los dos hasta el momento

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