Déjame, aunque te duela


Ni te entiendo, ni te quiero entender;
Ser mediocre que no sabe ni cómo
Ni por qué, pero que siempre continuamente,
Tiene la necesidad insaciable de volver;
Tu camino junto a mí quedó extinguido,
Déjame que viva, no me persigas con tu
Mirada cabizbaja, ya no tendrás nunca
Todo lo que te pude ofrecer con tan sólo
Una palabra.

Las tarde junto a ti ya son recuerdos del pasado,
Anécdotas de una vida anterior,
Ahora es lo que toca; deja que me vaya, deja
Que pueda volver a ser yo lejos de tu control
Entre las sombras, olvídame de una vez por todas,
Mi necesidad es infinita a tu lejanía que
Con tu presencia constante acortas.

Vete, no vuelvas, te destierro de mis
Sentimientos, ahora eres ajena a ellos,
Nada a mi te ata, nada me ata a tu persona,
Quiero que seas la paloma, que en la plaza
Se va volando, dejando un rastro de migas
Sobre el jardín de las amapolas a las que
Fue defecando.

Amor, amor, amor; ya no creo en tu palabra,
En la persona en la que te puedas manifestar
O en la sensación que me puedas volver a transmitir,
Amor ya no creo en ti,
Eres algo que se ha perdido entre la racionalidad
De mis acciones, el compromiso perdido
Y la desilusión de los goces, por eso palabra extraña
Eres un cero a la izquierda, algo imposible hoy día,
Por eso desde mi pena, te condeno fuera de mis tierras
Que seguirán baldías y frías.



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