A: C.R. y H.C. "De pavos y canallas"


Te volví a ver, y creí

Que estuviste hecho de la misma

Materia que los sueños;

Nunca confundí tu nombre,

Ni siquiera tu silueta desdibujada

En mi cabeza; no sé, es extraño,

Pareces ser sueño de una noche de verano;

La noche me confunde en este jardín

Del edén dónde pavos reales se muestran

En su desnudez y canallas centauros buscan

Su lecho prematuro del crepúsculo

Suburbano del atardecer.

En mi fijaste tu obscuro objeto de deseo

Y yo volqué en ti mi delirio, mi pasión,

Que sólo conoce el viento;

Y el mar, espejo de mi soledad,

Que tantas noches me ha escuchado hablar

De los matices del corazón, de mi corazón,

El cual eres su dueño.

Teseo, perseveraste en el intento del dominio

De mi boca, del dominio que sólo tú puedes tener

Sobre mi cuerpo; cuánto anhelo en este momento

El sabor del cálido néctar de tu boca, la locura de tu lengua

Que a la mía cada noche deja rota esperando la sonrisa

Argentada de tus destellos de amapola.

Amor, si algún día, yo en algún momento,

Dijera que no creo en lo nuestro, y sólo te diera una razón,

Recuérdame las mil razones que tú me dabas por luchar por este amor,

Porque si no te creo, en ese mismo instante, dejaré de ser yo,

Dejaré de ser el amor del que te enamoraste;

Recuerda siempre que cuando mires las estrellas

Mis pensamientos sobre ti estarán en cada una de ellas,

Mi amor por ti durará eones más allá del tiempo…

En la simple eternidad mortal

Joven Teseo.

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