Me equivoqué


Desde mi santuario blanco,

En la colina del arrepentimiento,

Nevada de excusas y pérdidas de tiempo,

Hallábase escondida la llama

De ardiente deseo.

Me equivoqué una y otra vez al pensar

Tan repetidas veces, que tú, sólo tú, serías capaz

De pintar mi universo con el color de tus ojos,

Con el color del cual estás hecha (color de sueños);

Me equivoqué en todas aquellas ilusiones

Que ciegamente creí como un credo,

Como una religión tiene fe en su Dios,

Vine siendo víctima de tus celos,

Triste mutilación la meditación

Que a nadie salva a tiempo,

Que a nadie deja perplejo.

Evito cualquier olvido que aleje

Tus recuerdos de mí,

Cruce de caminos que me lleva

Constantemente contigo;

Opuesta confrontación de ombligos

Que renace constantemente

En la batalla de miradas que deja

A un perdedor iluso alejado de tus faldas.

Tan igual; en cuerpo, alma y necesidad;

Criatura del pecado te has convertido en mi delirio,

En tu cuerpo navego y en tus labios sigo perdido;

Se pusieron mi mundo y tu mundo

Alma contra alma,

Tentación exhausta.

Incansablemente me repito, me equivoqué,

Tanta locura y tanta noche fue,

Qué locura, que insondable bosque,

Que profunda tu imagen,

Se llevó de mí el hombre…

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