Aroma (II)


Este aroma que trae el viento
Me recuerda a tiempos pasados,
De nuevo trae tu vuelta
Desde lo remoto y lejano.

Como si pudiera volver a mirarte,
Estar en una nube blanca flotando,
Que nuestros rostros se tornaran desconocidos
Y con la mirada por primera vez
Se estuvieran tocando.

Te me vas corriendo
Y te persigo como un sueño,
Tropiezo, caigo, me hago daño
Y me contemplas en el suelo;
Te estoy mirando, vuelves,
Me levantas,
Me aferro al tacto de tu mano
Y me llevas a horizontes
De otros sitios de otros sitios
Que nunca había admirado.

Abres la puerta a mi universo desconocido,
De constelaciones candentes y mundos escondidos
A veces en la invisibilidad o a veces en las rosas
Me clava tu espina dorada en mis palabras rotas.

Sólo la tierra sobre la que yacen
Nuestros cuerpos es nuestro testigo,
Rodamos salvajemente a través del piso,
Quedamos cara a cara,
Te esfumas en un suspiro,
Dulce historia de un final
Con amargo destino.

Bella canción que trajo el viento,
Tras la partida siempre atentan los recuerdos;
Horizonte blanco en llano en mar abierto,
Consume mi paciencia como un reloj de arena
En mi regazo muerto, aquí con mi soledad yazco,
En mi banco solitario del tiempo, las campanas
Traen su nombre, el nombre de
Un ente muerto.

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