Hacia las rocas

Sigo escribiendo versos, quiero,
Pero tampoco quiero, quiero que
Pases rápidamente por mi lado,
Que ese momento dure milésimas
De segundo, pero se ese momento
Se me hace eterno, hondo, insondable,
Algo tan doloroso que no lo sabe nadie,
Pero es tan inevitable como esta
Eternidad sumisa y silenciosa
Que escuece como el vinagre.

Tu pelo sigue dorado, tal como
Lo conocí la primera vez,
Tus labios siguen siendo carnosos,
Finos, delicados, como suspiros del aire
Que se transforma en un camino
Desviando un rumbo fijo
Que acaba en las rocas
Como los sueños de un niño.

Respiro, respiro y respiro para
Que de tu boca saliera mi oxígeno,
Tus palabras centímetro a centímetro
Besan mi aliento, y tu mirada
Se convierte en mi horizonte perdido
Espejo de mis ojos, contemplo en los tuyos
Mi imagen tranquilo proyectada en
Destellos argentados de pasión y delirio,
Astros que tiritaban de frío;
Sentías el calor de mis brazos, y de mis
Palabras, y de mis besos, y de todo
Aquello tuyo que has perdido.

Tras tu ausencia, solo llenan y colapsan
Mis momentos un túmulo de horas vacías,
Las horas que procuro no pensarte y
Las horas que te destierro de este corazón
Mío.