Romance de la sombra de fuego


Desde los rincones más oscuros
De mi triste soledad contemplo,
Cuantos son los momentos que
Frente a mí te hallo y no te tengo;
Más podría ser, que todo lo que
Me hace falta es tiempo; y
Seguridad aportas a esa tranquilidad
Sin remedio, de saborear los instantes
Cortos pero a la vez, aún más intensos,
Que doblan en duración su prolongación
En el infinito sueño.

Amor, hoy te escribo desde la misma mesa,
Sentado en el mismo sillón; la luz alumbra
Tímida, como huyendo de su propia estela,
La vista se me confunde con las letras,
Pero la carrera de mi pluma nunca cesa.

Fuente inagotable del delirio de cristal
Dormido, tu fuerza transparente me abruma
Y más cuando me encuentro perdido;
Sales a mi encuentro con pocas palabras,
Las suficientes lucero mío de sombras;
¡Cuánto he deseado tu llegada! Cuanto
Temor tengo aquí guardado conmigo,
Me desvanezco con el humo blanco
Del vaho que propaga tu boca, que deja
Muerta y moribunda a mi lengua loca.

Soñé contigo, o más que sueño podría
Decirse que era la realidad insitu, en la
Que me encuentro sumido, dónde no
Encuentro tregua, donde no hay tren para
Ser un huído; me convertí en viajero
De tus largos caminos, aquellos que llevo
Andando con tus ojos como destino.

Transeúnte de tus calles solitarias,
Soy bandido que a la luna clama
Con alarido ¡Luna, tú que eres
De plata pura! Dime si esa niña que me
Enamora está llena de ternura, que por
Suspiros la llamo, ardiendo de locura,
Quisiera saber si me ama, que está
Incertidumbre, se convierte en mi tortura.
Oh bandido de la noche estrellada,
La oscuridad es sorda a los golpes de tu
Almohada; disfruta del vino con tranquilidad
Saborea bien la fruta madura, que el tiempo
Sólo sabe dar, cuando caiga en tus manos,
No pararás de observar que esa fruta fresca
Que tu llevas a tu boca, nadie podrá tocar.

Loco de impaciencia me hallo, allá por
El tercer mes de marzo, y sólo hago pensar
En ella en esta habitación vacía, que me está
Haciendo mella; ansio deleitarme en su
Suave aroma, sentir su tacto de caricia,
Su verano más caluroso, y es que no encuentro
Con ella desatino más nervioso, de poder besarla,
De enseñarle que la vida es lo más hermoso,
Y que junto a ella, no hay cabida en este mundo
Para un amor tan grande, un amor, uno sólo
Y que junta a ella todo es sueño y nada doloroso.

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