Collar de diamantes


¿Dónde te encuentras dulce musa
Que tan tembloroso te espero?
Llevo buscándote desde hace
Muy lejano el tiempo.
La vida transcurre, y paso
Los domingos sentado junto al
Teléfono, mirando la ventana y
Viendo que aún no has vuelto.

Con mi collar de diamantes
Clavándose en mi cuello,
Ando preparado, para en
Cualquier momento, salir
A tu encuentro y precipitarme
Lanzándome a tus brazos
Como pobre lamento estrechado,
Queriendo ser consolado como
Un niño en su nacimiento.

Las horas pasan y el reloj con
Sus mesociclos y macrociclos de
Sesenta en sesenta no descansa
Siempre eterno, que condena más
Desdichada la mía, mi sillón ya
Tiene sueño y mis párpados caen
Mojados por el continuo rezo.

Soñoliento y desperezado,
Bajé la retaguardía como vigía
Secuestrado por Morfeo; ¡Pudiste
Venir y yo no verte! Que tristeza la mía,
Que anhelo sincero, te quise ver guardándote
Hasta mi último aliento, ahora no puedo
Dormir, siempre tengo mis ojos abiertos.

Vino la noche a llevarme por los
Callejones recónditos del sufrimiento
Y sin embargo aún sigo clamando tu
Vuelta al ruedo, que te pertenezco día
A día y no entiendo tu rechazo, tu rechazo
Que me hace muerto en este calvario.

Ayer venció la noche tras
Mi lucha en altas horas de la madrugada
Y son testigos mis ojeras
Que conversaban maldiciendo
En mi almohada; sale el sol otra
Mañana y busco tembloroso mi
Collar brillante, clavo mis ojos
En la ventana, buscándote,
Sin mirar en concreto a ninguna
Parte.

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