DN


Has vuelto,
Como vuelve la primavera cada año,
Como noches de sueño de verano,
Como ríos de sangre que bañan
Mi cuerpo desnudo colgado de tus manos.

Ansío tu beso volado,
Las noches ardientes del
Sentimiento aciago;
No pude huir de la sombra
Que me persiguió durante
Tanto tiempo, busqué un refugio
En la oscuridad, encontrando silencio,
Besé otros labios, toqué otros cuerpos,
Encontrando siempre la misma respuesta:
“Tú no estabas en ninguno de ellos”

La luna, la sal y las heridas,
Se pronuncia la calma,
La salamanquesa divulga su
Estancia romántica a la luz
De una farola, las calles
Se encuentran solas,
Nadie las mora,
Vagabundea mi pena por
Sus losas a deshoras.

Mi alma se ahogaba y no te
Odie por ello; el insomnio
Dolía hueco, plomizo con sabor
A metal, madera y estruendo,
Mojado el sudor de la almohada
Tras la lucha por borrarte de
Los sueños.

No pude, me fue imposible,
Volviste, te pronunciaste
Yo caí de nuevo en el pecado, dulce
Pecado, antes probado y besado;
Me dejaré llevar a ningún lado,
Cerca de ti y lejos de todo,
Dónde volvamos a ser uno,
Dónde podamos amarnos,
Sin testigos ni miradas,
Sin guerras ni batallas,
Tan sólo tú y yo,
Sin tirar la toalla.

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