In Memoriam



Aquel hombre bueno al que
No llegué a conocer en demasía
Se fue para no volver;
¡Cuánto lloré su ausencia!
Mi esperanza, extinguida paciencia,
Que volviera algún día
De las raíces carcomidas
De la tierra podrida.

Habría tantas cosas que contar,
Buenas, que de su tumba harían salir;
Malas, que a su tumba de vuelta
Enterrarían; dualismo platónico,
Tristeza y alegría, sólo son migajas
De una sentencia maldita.

A tu lustre desdicha añado,
La maldición de una familia,
Que apellido no ha ser nombrado,
No tan siquiera por resquicia;
Es que siento deshonrar tu memoria,
Pero mucho tiempo he meditado,
El cambiar el orden que por ley
Está ubicado, huyendo del destino aciago
Que persigue a tan vagabundo de vicios
Mundano, todo mal, cae en sus manos,
Triste apellido malsano.

Desde mi sinceridad a tu tumba,
Eterno lecho esperado;
No es otra causa la que me mueve
Que el amor que debo amparado,
¡Cuántas veces pintaron al hombre
Que por momento he recordado!
¡Cuánto duele, por honroso, vivir
Del pasado! ¿se irán borrando
Los destellos de tu halo?

Tu risa, tu voz, tus gestos, se
Los llevó el tiempo, mi grito de
Suplica tantos años muerto,
La necesidad de tu presencia,
La sensación de abandono;
Fuiste un gran ejemplo
En las intenciones de éste bobo.

Madre, no tengo culpa,
Me avergüenzo de la familia
De mi difunto padre, de los vicios
Mundanos que les encierran
En esta vida;
Madre, yo tengo pena,
No quiero faltar a la memoria
De quien me creó
Cuando apenas era una idea.

Llevaré tu nombre y tus alas
Con galantería, seré tu estirpe
Por los años hasta que muera,
Pero negaré mi procedencia,
Ocultaré una vergüenza,
Y no es la de mi padre,
Sino la de su familia,
Que irremediablemente
Quedó sumida desde su partida.

In memoriam

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