Aquella Noche

Cuando pienso en ti y en todo lo que eres para mí, siento la necesidad de partir con todo mi pasado, de sacar afuera las telarañas que me han hecho tanto daño, que producían dolor y sufrimiento, partir a un nuevo lugar contigo dónde todo ello sea olvidado.

Estoy contigo y eso es para mí lo más que me ha pasado en este mundo; descubrirte poco a poco como si fueras un continente perdido, inexplorado, estudiar la geografía de tu cuerpo, la esencia de tu alma, viento que navega en la mar embravecida de noche cuando sol dormita.

Quiero borrar las cosas malas que hice alguna vez, consciente o inconscientemente, a otras personas, también quiero borrar las cosas que padecí en la vida; deseo alejarme de todo eso y quedarme con los buenos recuerdos, que al fin y al cabo son los que quedan cuando nostálgicos los recordamos entre cervezas.

Amor, ¿sabes que sin ti mi vida está vacía?; ¿sabes que nunca te siento lejos y siempre tu corazón late cerquita?; Hay tantas cosas que no sabes de mí, hay tanto que conocer, que quiero mostrarte en una vida todo lo que tengo para ti, más allá incluso, en otra vida, si las ganas y la voluntad me dejaran.

Ayer tus ojos me hablaban de un futuro claro unido a ti y a tus historias; seré testigo de tus derrotas y victorias, nadie más en la oscuridad te vela, te guarda, te anhela, te ama; nadie más que no sea yo. Te escribo, porque te siento en forma de palabra, de sensación y sentimiento, alejado don que va unido al pensamiento; me veo contigo, unido, siendo mi abrigo en este invierno frío.

La vida nos pone situaciones difíciles que nos hacen madurar de manera desorbitada a veces; y cuando vemos que hemos ido por el buen camino, nos sentimos orgullosos de nosotros mismos al contemplar, que gracias a las personas que estuvieron, las que están o alguna vez fueron nos cambiaron la vida con una sola palabra en un momento.

Me gustaría mostrarte como si fuera yo mismo un visionario del futuro todas las intenciones que traigo para ti; no puedo hacer otra cosa que amarte, que sentirte en la noche, en el día, en la tarde… No sé hacer otra cosa mejor que amarte, no hay nada que se me dé tan bien, para algo tuve que tener arte y ese arte es el que nace de ti, inspiración mía.

La locura, el deseo o la euforia hablen por mi boca cuando de ti se trata; a pesar de lo relativamente corto y efímero del aspecto de nuestra existencia juntos, estoy harto (muy) seguro de que tu y yo somos un fin en sí, caminamos en una dirección, un camino juntos y no dos vías paralelas, algo así como dos personas que caminan juntas de la mano por un sendero soleado.

Hoy no sé qué más decirte, contarte o hacerte saber; hay miles de cosas que me gustaría decirte y que todas ellas forman una cadena de sensaciones que me trastornan porque son tantas las palabras que se taponan en mi boca; sin embargo con un simple te amo, todas ellas desde mi mente se transportan para formar el beso de cada día, que da explicación lógica a esa física y química (Amor= tu y yo/nuestros cuerpos x el tiempo, dirección la eternidad con destino hacia tus brazos); no conocí mujer alguna, capaz de asentarme en la calma, que con una sola mirada, me tocara el alma.

“Y la primera vez que la vi, supe que me equivoque de mujer; me atrapo en su mirada, me sedujo su cuerpo; su vestido blanco de gasa enturbió mi vista, produciendo un espejismo, su mirada, que se clavó en mi mirada y desde entonces no me separé de ella por más que el tiempo pasara”

“La mujer de pelo rubio, de mirada descarada, si, aquella, la que baila como poseída por la danza; sí, debe de ser ella, la que se esconde tras una máscara, valla infranqueable que fue objeto de mil batallas y que ante mí se mostró en plenitud, ganando yo la guerra, mientras que otros sucumbieron bajo sus pies en mil batallas”

NK “Noche de Septiembre a las 3 de la mañana”

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