Hola viejo amigo

Hace mucho que no te escribo, pero aquí te tengo conmigo mismo en un rincón de este wc tranquilo; pasan de las 5 y en mi cabeza no cabe la idea de que estaré cogiendo en estas horas un vuelo hacia Noruega.

Pero, a todo esto tengo una pregunta: ¿de verdad vale la pena todo el esfuerzo que he hecho? ¿el que se sabe y el que no se sabe? ¿los comederos de cabeza, las grandes gestas, los esfuerzos, las peleas?...

Esta noche es noche de desánimo, de que flaquean las fuerzas y no puedo dormir de tanto cansancio; llegó el momento pero yo no sé si quiero o estoy preparado para esto; sinceramente creo que podría recibir más de lo que recibo, pienso muchas cosas más como si recibiré al menos la mitad de lo que hago para los demás en toda mi vida.

Siempre soy una persona que da, da y da sin medida; aunque... creo que eso está cambiando porque me estoy volviendo demasiado exigente con los años.

Algún día esto explotará y cuando la sinceridad se me vaya de las manos, me encuentre libre y de cara, podré ser feliz cuando vea que lo hago sirve de algo, porque ahora la motivación es cero.

Mucha suerte a aquellos que reciben más que dan, a los a los que dan y reciben, porque yo soy un incomprendido del nuevo testamento, dar tanto amor y sentirse tangado, violento.

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