Entre la soledad y el anhelo

Una apnea bloquea mis pulmones y mi pecho, mis ganas de respirar se amilanan provocando en mi una sensación de claustrofobia dentro de mi mismo; si tuviera que definir graficamente la angustia sería así "como un inmenso vacío que se perpetua sin fondo entre las paredes de mi pecho a través del cual una pesadísima losa cae llevando consigo la parte de la pared por la que resbala, cuando cae con esa fuerza y rapidez choca en el suelo, provocando una elevación del aire que resulta un suspiro en manos de nadie"

¿La felicidad es efímera? ¿Es verdad que es sólo algunos momentos en tu vida? No lo creo así; yo pienso que puedes ser feliz toda tu vida teniendo quien te haga feliz o junto a quién compartirla; Yo siempre desde mi infancia he deseado con todas mis ganas encontrar a alguien que te vuelva loco, que esté loca por ti y te haga sentir vivo constantemente con esa clase de detalles o cosas que te lo hacen estar.

La razón de todo esto, o la razón de mi manera de ser, la busco siempre en un mismo punto de partida, la muerte de mi padre. Hasta los 5 años todo iba bien porque los pilares sobre los que se asientan un desarrollo correcto no fueron trastocados pero luego a su muerte sí, al tiempo de ir creciendo observé con detalle que cada uno va buscando su contexto, su significado con alguien, lo digo por los otros dos miembros restantes.

Yo he buscado para siempre darme con el muro; creo que tengo mala suerte en esto, en el amor o en la búsqueda de mi felicidad; siempre he tenido que luchar por la conquista, luchar por enamorar, luchar por preparar momentos, luchar cada palmo de todo con todas las personas pero luego me queda a mí la gran duda que me ensombrece ¿hicieron todas esas personas lo mismo que yo todo el tiempo?

Creo que no, si no, no estaría escribiendo todo esto; yo me entrego de una manera en que lo demás no hacen, amo en desmedida pero hay un problema, no he visto a nadie así aún; quizás volviendo al inicio encuentre la razón, y creo que la razón por la que hago eso es porque nunca hubo nadie, en la edad más crítica.

En algún momento de mi vida me gustaría sentirme bien, querido, amado, respetado, escuchado, valorado... en algún momento me gustaría vivir de verdad, disfrutar la presencia, la voz, el tacto, las ganas, el deseo, el arroje de querer estar cuanto antes, querer más al otro que a sí mismo.

Son muchas dudas las que se alojan en mi cabeza, demasiadas estupideces acumuladas, pero siempre lo he visto todo claro; ahora no sé si quiero engañarme, si me estoy dando con un muro de frente todo el tiempo, si por casual no conozco bien a las personas y esas personas no llegan a ser lo que yo espero en que se conviertan en lo que necesito.

La conclusión es que no podemos exigir nada de nadie, no podemos obligar a que nos amen, no podemos sacar amor, cariño, dedicación de donde no la hay, no es que no podamos, es que no debemos, porque sólo forzamos; por eso yo he decidido ser más honesto, callarme más para ver y oír, tomar decisiones más justas, para mí y para lo que quiero en mí vida.

Sé lo que quiero, y lo que no quiero es cambiar a nadie para que sea de una determinada forma; si tuviera que pasarme la vida solo, al menos, intentaría ser feliz de esa manera, no pasarme la vida así cómo ahora.

Una reflexión más de días tristes entre la soledad y el anhelo


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