En busca de Eurídice

Hace tiempo comprendí que el amor en mi vida es una constante negada; no digo que lo que haya vivido ha sido eso o no, simplemente que es una constante negada.

La impaciencia y la perseverancia en la búsqueda ha sido desde luego ni más ni menos que el lamentable error tras otro de querer a alguien equivocado creyendo que era el acertado. Hoy por hoy, me doy cuenta que incluso queriendo quedar para un simple café y conocer me cuesta trabajo, provocando el rechazo proactivo.

Desde luego, como si de Orfeo se tratase, busco mi Euridice en cada momento, sufriendo la frustración y desconsuelo; no entiendo por qué, si quizás me estoy encabezonando una vez más en toda la historia. Al no sentirme fuerte el corazón ni llena de convicción mis ganas es la imagen difusa de la felicidad pegada a alguien lo que nubla toda lógica u sensación.

La soledad me abruma a veces en la noche pensando que cada respiración es una cuenta atrás hasta conocer a esa persona; cada conversación es un intento vacío de acercamiento, interesado y sin contemplación. Mi vida, es como una serie que has visto cada capítulo y leído cada guión sin ni siquiera prestar atención a otras series, a otras cadenas de televisión.

Morir en las sombras de la fragilidad de mi alma es como surcar un mar oscuro en plena noche tormentosa. Que tras la calma sigue sin encontrarse a sí misma entre la tranquilidad resultante.

Comentarios

Entradas populares