En la mañana clara

Soy testigo de la mañana,
alba clara que por la línea del horizonte asoma;
soy el único testigo mientras todos duermen
del amanecer que en mi corazón se pierde.

En el silencio brotan las primeras claridades
y los pájaros saludan bien temprano,
como en otras tantas ocasiones
frente a este fenomeno me hallo
sin más dilación, soy nada, entre tanto.

Mi alma se llena de gozo y
toda esa luz penetra por mis poros, 
adueñándose de mi cuerpo como hilo
conector del universo.

Está amaneciendo, y para muchos
es algo natural y notorio,
para mí en días así un privilegio
aunque en la soledad me estanque
y sólo afloren los recuerdos.

En la mañana clara mi corazón
enmudeció frente a tu ausencia
y mi silencio se hizo inmenso
ante el abismo de tu mirada;
como la primavera a los almendros...
como la primavera a los almendros...
me hiciste sentir completo
cuando ahora muerto.



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