En los bajos fondos

Nadie puede comprenderte salvo yo,
aquel que es igual que tu;
comparto tu raíz, el sufrimiento,
y arraso las oportunidades, como tu, 
que buen hacer.

Ambos forjados de dolor y sombras,
en una penumbra diferente,
sólo sabemos mirar arriba y fortalecernos
mientras a nuestro alrededor todos sucumben
y lloran ante los reveses de la vida.

Ni una lágrima verás brotar de mi mejilla,
y menos quejas ante un público conmovido;
yo sé, como tú, lo que es estar hundido
sentir el lodo bajo tus pies 
de fragor dormidos.

No oirás ningún lamento, 
ni yo te dejaré emitirlos,
te apoyaré con mis manos
para que cojas impulso y
continues luchando contra la injusticia.

En los bajos fondos no existe el dolor,
la supervivencia nos ha hecho,
lucharemos contra cualquiera 
que nos intente debilitar,
porque unidos somos una fuerza inconmensurable
incapaz de frenar,
un tsunami de voluntad 
que te absorbe y te propulsa.

No temas trabajador, estudiante o superviviente,
yo estaré contigo desde mi sombra, 
desde la trinchera de mis palabras
que divulgarán tu sufrimiento, tu pena 
y tu condena; 
pero aún no sabes, que sólo tú,
tu cuerpo y tu alma incansable
domina tu presente
y éste determinará el futuro de los 
que llegarán.


A ti, que andas llorando, quejándote o sucumbiendo,
planta cara la injusticia, sal a la calle en el silencio,
reunete con los iguales, atraviesa barreras sin violencia,
habla sin tachar y reclama lo nuestro,
desde los bajos fondos yo te apoyo
desde la tristeza de mi alma te sigo.

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