Había noches

Había noches en las que mi sed no se calmaba,
y la fuente que en mi brota manaba y manaba;
las palabras como jarros de agua fría,
caminaban por mis dedos dejando su silueta
de damas pequeñas que al jardín
de lo incierto daban.

Había noches en mí que eran eternas,
odas enteras dedicadas al amor
y a todas sus proezas...
esas noches se perdieron dentro de 
lo ambiguo y lo inexplicable...
hasta que volvieron de nuevo,
en noches nuevas como esta 
de las que no se explica nadie.

Pensé y pensé, 
fuí ahí fuera a vivir y experimentar
y no quise volver a irme para 
no seguir sufriendo,
ahora con el tiempo lo entiendo,
mi alma reside dónde la luna y la bahía
se abrazan escuchando un cuento
entre palabras de poetas de la tierra
que sobre las tardes endulzan a sus delicias
ante lo imponente de su leyenda;
cerquita del alma, dónde el sol se acaba
allá en la caleta.

Había noches en las que la luna y la soledad
se amaban y se fusionaban como 
la fusión fría; 
dejando la puerta entreabierta para
que aflorara la ironía.

Había noches en las que yo solía amar a la tierra,
a las mujeres y sus lindezas;
había noches que hasta esta misma eran iguales.
pero desde la de hoy todas tienen tu nombre,
iguales entre sí porvenir e diferentes
de otras tantas estas.

Habrá noches... en las que yo sólo
me contente con contemplarte
y eso me baste. 
Entonces dejaré de escribir
para sólo yo poder disfrutarte. 

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