No creo que seguir así merezca la pena, hazme caso

Pequeña Fábula

Un tiempo atrás, hubo un chico que no hacía caso a nadie, un chico bastante inquieto y muy impertinente, es lo que suele pasarle a los chicos de cierta edad que poseen demasiada personalidad como para llevarse por el comentario u opiniones de los demás.

Desde muy pequeño había sufrido serios reveses, y desde siempre sintió dentro de sí una soledad muy grande, un vacío que nunca podría llenar salvo que lo hiciera a su manera, queriendo mucho a la gente.

Su vida completa transcurría de no en no, pero él seguía insistiendo, qué le iba a hacer si es que era su personalidad, siempre luchando contra los obstáculos que le salían al camino. Muchas veces, cuando se dejaba llevar por los demás se sentía un panoli, porque él veía que muchas de sus decisiones hubieran sido correctas, hasta que empezó a forjar más su carácter.

En muchas de sus empresas iniciadas escuchó el "no creo que seguir así merezca la pena, hazme caso" o sinónimos de éste meditabundo epígrafe; así con el tiempo se dio cuenta de que sólo en él y cuando digo sólo en él, es eso exactamente lo que quiero decir, estaba la potestad de poder o no desarrollar todo lo que él quisiera.

Como bien decía, el problema es que el obstáculo más grande lo tenía en casa, con el NO por delante para todo; ¿me llevas a la tienda de deportes? NO... el se iba andando; ¿podríamos ir al centro comercial de la ciudad de al lado? NO... se iba en bici... En otras tantas ocasiones aquel cabezota se salía con la suya a base de perseverancia... 

Lejos del influjo familiar, el influjo de los iguales que no avanzaban en los estudios hacían trizas sus intenciones con comentarios verosímiles al "no creo que..." ; él siguió por esa vía, consiguió aprobar la secundaria raspadamente, el bachillerato en tres años... luego entro en la universidad pero ahí... hubo un momento de madurez mágico que supo centrar toda esa lucha y focalizarla en algo tangible... Como cabíais esperar, él no entro dónde quería, fue al siguiente año, pero hizo tres años de carrera en dos sacando un 8´5 de media siendo el segundo de su promoción. Luchó y lidió con el irse fuera de casa a continuar y lo logró, quiso continuar con una etapa que ya estaba cerrada y entonces fue cuando cayó en lo hondo del lodo, de dónde no podría salir... Una ruptura de relación, distanciamiento con la familia, explotación laboral, sin vida... 

Aún así persistió, tuvo que retroceder pasos atrás... y es que la vida es tan maravillosa que te pone de camino a dónde debías estar desde un primer momento; la vida tiene estás cosas, que te deja marear la perdiz durante un tiempo para que te centres de nuevo en el camino del que nunca debieras de haber salido, pero las cosas como son, te da la oportunidad de engancharte a tu destino de nuevo y ser lo que querías.

Llegó de nuevo a casa, para seguir errando, hasta que un verano lo llenó de todo lo positivo que necesitaba; la vida es continuo "No creo que seguir así merezca la pena, hazme caso", "ríndete, no sirve para nada que lo intentes", "deja de luchar, para qué si es imposible"...

Y él se sigue diciendo... Intento cada día lo que más creo, con puro convencimiento de causa, podré errar (tengo el derecho a ello) pero tengo que descubrir si es malo para mí o no; no puedo dejarme ganar por un NO, no puedo seguir navegando mi alma bajo obstáculos, bajo inclemencias del tiempo... Se me dio con la madurez la sensatez, la paciencia, el carácter luchador... A mí nadie me ha dado nada en mi vida sin ganarmelo, a mi no me han regalado nada salvo NO, no puedes y aún así... no han podido conmigo... Conmigo sólo puede la muerte si me lleva esta misma noche... pero para mi también la muerte es que caigas en el desánimo y te hundas entre los NO y cosas superables...

Moraleja: Paciencia y buena letra, que las cosas de palacio van despacio.

Si sabes que es para ti espero que por la mañana veas las cosas de manera diferente

Y EL ÚNICO "NO" ES UN "NO SIN TI" 

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