Ambrosia

Me apetece leer
Más que escribir,
Leer tus manos y
Sus líneas que van
Marcando un camino
Accidentado como ríos
De agua fina que
Se acaban en un trago.

Me apetece leer
Y leo tus ojos,
Dos espejos claros
Donde no me siento
Extraño y siento esa
Agua fría por mi nuca
Que mi piel
Absorbe como un paño.

Leo los signos de tu cuerpo,
Desde tus piernas
A tu vientre y subiendo
Como un engaño a tu pecho
Para anidarme en él
Como si fuera un sueño
Del que no quieras despertar
Y lo sientes tan fiel.

Se me amontonan las
Cosas de leer, se secan
Mis labios, quiero esa agua
Fina que brota de tus engaños.

Que ojos tan claros,
Que piernas tan sedosas,
Tu lengua es eterna,
Eres como una diosa,
Ambrosia al paladar,
Mezcla de violencia y dulzura
Que se mete en la sangre
Y te hace olvidar
Lo que a la mente atañe
Llevándote a otro lugar
Del cual nadie sabe
Y nadie sabrá jamás.