Sin daño


Contigo mi corazón no sufre daño,
Tan solo el placer de amar sin descanso
En esta vida que se escurre entre tus manos.

En el callejón de las ánimas,
Nuestros besos se esconden
De la luz de las miradas
Siempre atentas y dispersas
Como las hespérides endiabladas.

Y sólo yo pregunto, qué es de mí
Corazón dañado, que te ama
Más allá de la muerte y todo
Lo que en este mundo he probado.

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