Torero y toro se hicieron uno (II)


Y el calor de la tarde,
Fragua al torero y su arte,
Entre capote y muleta
Mueve al toro con desaire.

Resopla el albero,
Oliva y oro su traje
De luces luce con esmero,
Es capaz de romper hasta el
Silencio, con los aplausos de
Un público entregado a
Un mismo sueño.

La respiración contiene la plaza,
Un momento de sombras que
Deja toda vida vacía y sin alas,
A ras de suelo, junto a las patas
Del moreno, muestra su templanza
De sangre fría el torero.

Roja está de euforia la plaza,
Blanca de espanto,
El aguijón de plata
Prepara su estocada en el
Momento exacto,
La música se extingue,
Parece que nada existe,
Salvo el toro y el torero,
Con su magia entre los dedos,
Es un mago único, que tumba
Al gigante en el albero.

Nubes blancas alborotadas
Aparecen bien contadas
Inmensas como un océano,
Entran los caballos arrastrando
Al muerto, dejando su rastro
En un camino yermo.

Comentarios

Entradas populares