Tarde de Domingo


Afloran las sensaciones del verano,
Los pájaros trinan en su orquesta
Primaveral con su amalgama de sonidos;
El sol luce alto, enérgico, tanto que
Me ciega si lo miro; la brisa es suave,
Elegante, refresca mi mente vibrante,
Y tú, aquí hoy, no estás para
Admirar todo esto conmigo.

Hoy te extraño amor porque
Todo lo que soy junto a ti
Es para contigo, en invierno
Tú fuiste mi abrigo, al comienzo
Del verano lo mismo quiero
Al calor que al frío;
Anhelo un paseo en la arena;
El agua del mar inmenso,
Sentarme en la orilla a observar
La muerte de la ola blanca espesa
Con celo; y tú, aquí hoy, no estás
Para admirar todo esto conmigo.

Esta lejanía, el no poder verte,
Saber de ti, amarte sinceramente,
Quererte así, endiablarme las sienes,
No pensar aquí, pero tanto te echo
De menos mi cielo, que me vacío
Describiendo mi paisaje, el tacto
De los pájaros y su vuelo; la danza
De las olas salvajes en este momento,
Todo para abstraer mis pensamientos
Y no consumirme entre recuerdos
Que van a parar a la mar,
Muy lejos, muy lejos,
Dónde nadie pueda verlos.

Y tú, aquí hoy, no estás para admirar
Todo esto conmigo, pero quizás mañana
Obtenga respuesta de ti en algún sitio;
Y tú, hoy, aquí, eres el pensamiento
Que yace así conmigo, tan profundo
Y lejano como un sueño vespertino.

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