La meloDía que trajo el VieNto

Aquí yazco en la soledad de mi lugar,
Dónde nadie puede hacerme daño
En esta inmensa oscuridad
A dónde nadie puede hallarme
En la que nada puede penetrar
Es todo tan lejano, que tan lejano
Todo a de tornar y una vez tan cerca
Y otra tan cerca del final,
Es que ya nada puede,
Nada puede pasar, que nadie en
Mi momento pueda retornar,
Eres un diablo de teclas de piano,
Sólo una nota en mi cabeza
Me sabe a tu melodía, y es que
Me pasa en cada día, que escucho tu
Risa al viento volar, y son los niños en
La arena que con sus castillos escriben
Tu nombre de dulzura y es que sigo sin
Comprender si esto tiene algún atisbo
De cordura, porque sólo aquí encuentro
Una locura, la locura de amarte sin límite
Que me causa soturas, y no me recupera
Con cicatrices que duelen más a la luz
De la luna, con el canto de una sirena,
Son los ríos que en mi mente suenan
Que se deslizan sobre los guijarros que
Tanto pesan, y es que en mi alma
Tú eres el peso de mi pena, la ternura
Que nunca me abandona, pero que
Siempre en mis adentros quema, y es
Que no tengo consciencia en esta locura
Trepidante de ritmo incandescente, de repetición
Indebida, y solo tengo palabras para decirte que
Eres mi vida, y que todo algún día pasará,
Que mañana podrás no estar aquí
Y que sé de sobra que nos podemos marchar
Y que todo quedara de aquella manera, que
Fuera un simple fin, el fin de una canción,
Ni triste ni feliz, tan sólo una melodía, que
Escucho cada día, y que no sé cuando
Volverá a venir.