Desaire

Aún te miro y te veo como
Algo nuevo, lejano y atractivo,
Que atrae mi atención a tu figura
Y no se resiste a tal encanto,
Mis ojos no se despegan
De tu holgura más que con
Alabanzas de ternura
Y pasión de Marzo.

Todas las mañanas son frescas
Al mirarte, si al mojarme sintiera
Tu tacto al rozarme, así sería
Envidiable un instante, un maravilloso
Segundo en el que emprenderá un
Viaje a otros mundos de placeres, si,,
A los que quizás no haya ido nadie
Que yo conozca o haya oído hablar.

Oigo tu voz al hablar y me estremezco
En cualquier rincón de este palacio
Que tengo como cuerpo y es mi hogar;
Es tan escalofriante sudar innifugo, que
Como cristal azul dormido, reposa quieto
Y sin sentido, en algún momento de
Eternidad de este valle ladino.

Al pensarte, no pido que me ames,
Ni que aún pretenda que me dejes
Hacerlo, tan sólo dejame imaginarme,
Y con ello poder saciarme, cuan complejo
Es mi aliento porque jamás pude encontrarte,
Alguien como tu, de quien poder enamorarme,
Sentir tus pechos esclavos de mis noches de desaire.