En el silencio encontré la voz
En el silencio encontré la voz,
de las lágrimas de madrugada
y pude hallar el camino de entrada
a lugares insospechados del alma.
El frío de las palabras voladas
de este angosto invierno
rememoraron en mi las canciones
de antaño cuando todo era blanco y negro.
Canciones de otra época, de otras voces,
de otros tristes ecos en inviernos
anteriores y sin fundamento.
La paz no llega nunca,
y no existe la felicidad buscada,
tanto o más anhelada
en el corazón de los hombres.
Mi voz no se alzará al viento
para llenar los oídos de otro,
ni tampoco irá propagando el fuego
de mi alma que sucumbe ante el alboroto;
mi sonido será la espuma
que refresque la brisa árida del desierto
en las noches que queman
a pecho descubierto.
En el silencio encontré la voz
que se me olvidó
pensando que estaba muerto.
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