La Oscuridad

La oscuridad de las calles
susurra mi nombre entre los portales
se esconde en las alcantarillas
clamando libertad por todas
y cada una de las sonrisas.

Mi corazón vuela buscando
donde cobijarse corriendo
mira en las ramas de los árboles
en las farolas de las aceras
o en los pechos de los cobardes
lo que no sabe mi corazón que
en cada escondite todo arde
dejando el rastro de cenizas
sobre la lúgubre vía de los honorables.

Los pies descalzos palpitan
por la hinchazón de las horas
recorro más kilométros con bandeja
que corriendo con las mizuno
y mira que no es lo mismo,
recorrer granada a deshoras
con la música en los oídos
que hacerlo tú solo contigo mismo.

duele saber que no hay lugar al que ir
que todas las montañas siguen ahí,
que atraversarlas, surcarlas o escalarlas
es cuestión de tiempo
y al no tener paciencia
cada paso se me hace eterno.

Voy a morir entre súplicas de este silencio,
acostándome a las tantas cuando el reloj duerme,
cuando las luces son horas y las sombras desaparecen;
Yo no soy luz, soy oscuridad
estoy hecho de sufrimiento y voluntad



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