El dueño de tus caricias

Por las noches el corazón me da un vuelco cuando solo frente al techo de esta habitación oscura yo te pienso; normalmente siempre antes de dormir pensaba en problemas, las cosas de la vida y demás situaciones inverosímiles... ahora de momento, mi habitación vacía la llenas tu desde lo invisible.

Pasan los días, y cada día aumenta la distancia a la vez que las ganas de poder disfrutar de tu presencia aunque sea por tiempo limitado; las noches ya no son tristes ni de soledad, ahora las noches son totalmente tuyas desde la lejanía y la austeridad.

No te niego que a veces duela este silencio, y que siento como si me estuviera inventando todo esto, como si estuviera en mi mente y ni tan siquiera existieras. Podría esta noche ponerme a escribir versos y dejar que mi mente divagara en otros derroteros pero hoy no puedo, y mi reflexión sincera espero te sirva de inspiración a ti en estos momentos.

Otra de las sensaciones es parecida a como si me comunicara con un fantasma, lanzo palabras al viento sin tan siquiera saber si son leídas, lanzo tantas cosas al aire que cuando respiro... vuelvo otra vez a ti de súbito y repentino.

Me motivas los instintos, y aguardo con impaciencia un pequeño instante futuro en el que no nos encuentre nadie, para mirarnos fijamente y decirnos cuánto nos hemos echado de menos, cara a cara y sin tapujos, se me queda pequeño el mundo.

 

Una y otra vez me pregunto si pensarás en mi desde algún momento de tu día; a veces te imagino toda tu andando por la calle y como si esa calle fuera tu pasarela de alfombra roja en la que las flores de jazmín van cayendo a tu alrededor flotando en la brisa fresca que sopla, como si tu sonrisa fuera el acompañamiento perfecto a esa orquesta de cuerda y viento suena; tú y esa imagen tuya que me enamora más y me hace pensar en ti de manera desmedida.

¿Dónde estarás? ¿qué andas pensando? ¿qué haces en este momento? Todo llega, sé que algún día todas esas preguntas quedarán resueltas por si mismas cuando sea yo el comparta tu tiempo, el testigo de tus momentos... el dueño de tus caricias.